¿Qué es el cáncer de testículo?
El cáncer de testículo es el tumor sólido más frecuente del adulto joven, con 3-10 nuevos casos por 100.000 hombres/año. Constituye el 1% de las neoplasias del varón y el 5% de los tumores urológicos. Puede llegar a ser bilateral en el 2% de los casos. Tiene un pico de incidencia en la tercera década de la vida para los tumores no seminomatosos y en la cuarta para los seminomas puros. En los niños suele ser más frecuente el tumor del saco vitelino.
- Factores de riesgo:
– Criptorquidia (descenso inadecuado del testículo a su bolsa escrotal)
– Atrofia testicular (testículo <12 mL). – Hipospadias. – Síndrome de Klinefelter. – Antecedentes familiares de tumor de testículo en parientes de primer grado. – Tumor contralateral. – Infertilidad. En el 7% de los pacientes con azoospermia se detecta cáncer de testículo. [/av_textblock] [/av_one_half][av_one_half min_height='' vertical_alignment='av-align-top' space='' row_boxshadow_color='' row_boxshadow_width='10' margin='0px' margin_sync='true' mobile_breaking='' mobile_column_order='' min_col_height='' padding='30px,,,' svg_div_top='' svg_div_top_color='#333333' svg_div_top_width='100' svg_div_top_height='50' svg_div_top_max_height='none' svg_div_top_opacity='' svg_div_bottom='' svg_div_bottom_color='#333333' svg_div_bottom_width='100' svg_div_bottom_height='50' svg_div_bottom_max_height='none' svg_div_bottom_opacity='' border='' border_style='solid' border_color='' radius='' radius_sync='true' column_boxshadow_color='' column_boxshadow_width='10' background='bg_color' background_color='' background_gradient_direction='vertical' background_gradient_color1='#000000' background_gradient_color2='#ffffff' background_gradient_color3='' src='' attachment='' attachment_size='' background_position='top left' background_repeat='no-repeat' highlight_size='1.1' animation='' link='' linktarget='' link_hover='' title_attr='' alt_attr='' mobile_display='' mobile_col_pos='0' id='' custom_class='' template_class='' aria_label='' av_uid='av-2affou' sc_version='1.0'] [av_image src='https://doctornelsondiez.com/wp-content/uploads/2022/04/cancer-prostata-0061.jpg' attachment='454' attachment_size='full' copyright='' caption='' image_size='' styling='' align='center' font_size='' overlay_opacity='0.4' overlay_color='#000000' overlay_text_color='#ffffff' animation='no-animation' hover='' appearance='' link='' target='' title_attr='' alt_attr='' img_scrset='' lazy_loading='disabled' id='' custom_class='foto-linea' template_class='' av_element_hidden_in_editor='0' av_uid='av-210xqe' sc_version='1.0' admin_preview_bg=''][/av_image] [/av_one_half][av_one_full first min_height='' vertical_alignment='av-align-top' space='' row_boxshadow='' row_boxshadow_color='' row_boxshadow_width='10' custom_margin='' margin='0px' mobile_breaking='' mobile_column_order='' min_col_height='' padding='' svg_div_top='' svg_div_top_color='#333333' svg_div_top_width='100' svg_div_top_height='50' svg_div_top_max_height='none' svg_div_top_flip='' svg_div_top_invert='' svg_div_top_front='' svg_div_top_opacity='' svg_div_top_preview='' svg_div_bottom='' svg_div_bottom_color='#333333' svg_div_bottom_width='100' svg_div_bottom_height='50' svg_div_bottom_max_height='none' svg_div_bottom_flip='' svg_div_bottom_invert='' svg_div_bottom_front='' svg_div_bottom_opacity='' svg_div_bottom_preview='' border='' border_style='solid' border_color='' radius='' column_boxshadow='' column_boxshadow_color='' column_boxshadow_width='10' background='bg_color' background_color='' background_gradient_direction='vertical' background_gradient_color1='#000000' background_gradient_color2='#ffffff' background_gradient_color3='' src='' background_position='top left' background_repeat='no-repeat' highlight='' highlight_size='' animation='' link='' linktarget='' link_hover='' title_attr='' alt_attr='' mobile_display='' mobile_col_pos='0' id='' custom_class='' template_class='' aria_label='' av_uid='av-1z8c46' sc_version='1.0'] [av_textblock textblock_styling_align='' textblock_styling='2' textblock_styling_gap='' textblock_styling_mobile='' size='' av-medium-font-size='' av-small-font-size='' av-mini-font-size='' font_color='' color='' id='' custom_class='' template_class='' av_uid='av-l9qteo2d' sc_version='1.0' admin_preview_bg='']
¿Qué diagnóstico tiene?
El cribado oportunista en pacientes con factores de riesgo está ampliamente recomendado, ya que el diagnóstico precoz mejora el pronóstico. En estos pacientes se aconseja la autoexploración periódica.
Ante la sospecha de un tumor testicular al examen físico, será necesario la realización de una ecografía de forma urgente para confirmar el diagnóstico. Si en la ecografía la lesión se confirma, se programará de forma preferente la realización de una orquiectomía radical (biopsia mínima de testículo), en donde se extirpa todo el testículo, por vía inguinal, con gran parte del cordón espermático. Antes de la cirugía se tomará muestra de sangre para realizar el preoperatorio. Está analítica incluirá los marcadores tumorales de testículo (B-HCG, alfa-fetoproteina y LDH), marcadores que suelen estar elevados en los tumores no seminomatosos. Estos marcadores nos permiten estadificar este tumor y tienen una gran utilidad a la hora de monitorizar el tratamiento durante el seguimiento. El cáncer de testículo tiene su vía de diseminación a través del cordón espermático, lo que lo comunica con los ganglios retroperitoneales con mucha rapidez. Es por ello que, en un porcentaje considerable de pacientes, evidenciamos al momento del diagnóstico metástasis ganglionares retroperitoneales o pulmonares. Tras la orquiectomía, muchos pacientes necesitarán de la administración de quimioterapia sistémica para el control de la enfermedad (es un tumor con gran respuesta a la quimioterapia). Algunos pacientes tras la orquiectomía podrían beneficiarse de linfadenectomía retroperitoneal o de radioterapia adyuvante, aunque la gran mayoría reciben quimioterapia en vista de las excelentes respuestas a la misma. En algunos casos tras recaída a la quimioterapia, será necesario de cirugías de rescate retroperitoneal para el control de la enfermedad. En esta enfermedad es muy frecuente la infertilidad como consecuencia de los tratamientos, en vista de la resección del testículo y de la quimioterapia posterior. Es por ello que muchos pacientes antes de los tratamientos se les ofrece la posibilidad de congelar semen (bancos de semen) para que sus opciones de paternidad no se vean mermadas.
En esta enfermedad el diagnóstico suele ser en pacientes jóvenes, por lo que el seguimiento será longevo. Es posible encontrar segundos tumores asociados a la quimioterapia o a la radioterapia.
El hecho de ser órganos externos palpables, nos permite hacer diagnóstico precoz en muchos pacientes, de allí la importancia de una autoexploración con cierta regularidad, consultando siempre en casos de cualquier duda. Esta enfermedad tiene un buen pronóstico en casos detectados a tiempo.
DR.NELSON DÍEZ